Vinimos
al mundo
para
conocernos,
distraernos
y posteriormente
odiarnos
con el alma.
Con los
ojos rojos,
los
labios morados
y los
dientes sabor a fresa
cada
quien se confiesa
a la
religión pertinente.
Vinimos
al mundo
para
ayudarnos o
acabar
de matarnos
pero
trasformando
un
estado natural.
Y es que
es natural
el
instinto animal
sumergido
en los huesos,
impidiéndonos
el progreso
cuando
deseamos posesivamente.
Anheladamente,
obligadamente
O
injustamente
terminamos
teniendo
algo de
dementes.
BY: MACRIX CASCHA (NOV 2014)
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