Por: María Cristina Castañeda
Extraño tu sonrisa,
extraño tu mirada,
extraño tus abrzos
y tu voz encantada.
Pienso en aquella tarde
que iluminaste mi vida
con un caluroso abrazo
me dejaste sin salida.
Desde entónces esa ilusión
se apodera de mi razón,
queriendote cada día
sin alguna explicación.
Entraste a mi vida
sin conocerte
y menos me imaginé
llegar a quererte.
Motivaste mi corazón
al igual que mi inspiración
dandole vuelo a la imaginación
siendo tu mi gran pasión
Llegaste para quedarte
y juraste no partir,
y solo al recordarte
tengo claro que
yo por ti podria morir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario