Quizás mi soledad no se compare
con la de Emily Dickinson
en su poema:
“Podría estar más sola sin mi soledad...”.
Quizás no sea solo por
el dulzor de un corazón;
sino por varias pasiones.
Y no me refiero a ciertos amores.
Sino al abandonar lo que te gusta,
la reciprocidad de objetivos, sustantivos,
sujetos y objetos son esenciales
para poder vivir.
El conquistar y arrollar un lugar
no es difícil,
lo difícil es dar el primer paso
amarrando a la voluntad.
Y aunque desfallecer
sea la salida más fácil
y placentera.
No pierdo la fe
de que llegue esa paz tan anhelada.
Y por qué no el príncipe de un cuento de
hadas…
Por: Macrix Cascha
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