Por: Macrix Cascha
La belleza tiene su proceso,
como la metamorfosis
de las mariposas,
como cuando el río
va al mar.
La armonía trasciende
por colores
al escalar un árbol,
como las llamas en el desierto,
como la lluvia en pleno verano.
La tempestad cautiva
lentamente a los rayos
mientras en silencio
grita internamente
un marinero al naufragar.
No te detengas,
no te hagas el ciego,
pues lo más importante
no es lo externo,
sino el alma que visualizas.
Deja a un lado los tapujos...
Te doy permiso de conquistarme,
si abandonas tus condiciones
y aquellas viejas intensiones.
y aquellas viejas intensiones.
-Cállate y bésame-.
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